Cuando los objetos cobran vida...

Cada día me doy cuenta de que las fuentes de comunicación nos abren más la mente y sobretodo nos influencian sobre nuestra visión del exterior. Antiguamente las influencias llegaban con el tiempo... y además contaban las historias de un pueblo, una cultura, una familia o un país.

Las cosas llegaban de un lugar a otro, de un continente a otro, por la magia de un visionario que hacia el esfuerzo de traerse algo y así cultivar a su entorno. La arquitectura, la cocina, el arte, los objetos e incluso las costumbres venían de "aquel" que conocía el "savoir vivre" y apreciaba lo que cada lugar o cultura le ofrecía.

Hoy en día se ha perdido eso, todos estamos influenciados, o más bien "intoxicados", por la información que nos llega, pero que no sentimos. Yo me encuentro cada día con el reto de acercar la magia de lo sentido, de lo conocido... cada vez que me piden que le de un toque "étnico", "árabe" o "nórdico" a su casa... pero todo esto me hace plantearme una cuestión; ¿Por que queremos reconocernos en culturas que no forman parte de nosotros?.

En este mismo sentido, siempre digo que una casa se hace con el tiempo, viajando y viviendo... y que la belleza del mestizaje no deja de ser la mezcla de sangre y de todas las emociones que hemos vivido y sentido. Y los objetos que nos rodean, nos recuerdan a todas esas personas que hemos conocido en nuestro camino. 

Os invito que penséis en los objetos que os rodean y veréis lo mucho que tienen que ver con vuestro camino en la vida... que sus valores son muy similares  a los de quienes queremos y nos quieren. Cuídalos.


La vuelta a casa

Fue la primera vez en mi vida que decidía apartarme durante más dos semanas de mi trabajo, mi vida. Los días previos a irme estaba saturada de todo, pensaba que mi huida constituiría el más grande de los alivios... e inspiración para volver a la creatividad. Me lo merecía, me lo debía...

Añoraba y soñaba que un mes sabático sería algo así como un año de paréntesis en mi vida; Tendría tanto tiempo para pensar, tanta energía para llegar a la cumbre de la felicidad y al instante más bello; El de tener una "idea creativa".

Desde entonces, han pasado 30 días, y me encuentro en la fase final de la supuesta "retirada espiritual", y me doy cuenta que no solo tengo que hacer un esfuerzo para acordarme de todas aquellas cosas que he hecho durante este tiempo, sino que también debo pararme a hacer una reflexión final.

Creía que no tendría que hacer ningún esfuerzo y que la genialidad llegaría de pronto, en una mañana. Dejadme deciros que sí... he descansado, he conseguido no pensar, no exigirme... pero es allí donde me he dado cuenta que no hay respuesta donde no hay pregunta; no hay solución donde no existe problema.

Es evidente que estoy preparando mi vuelta y con ello veo una luz que me acompaña, la energía de aquel que ha ahorrado y acumulado. Es un buen momento, quizás  la resolución final llegue en el lugar más inesperado; En mi casa.

Mi casa, un lugar "sagrado" para mi, y en el que me gusta meditar. Porque el lugar en el que vivimos, debe estar acomodado a todas nuestras necesidades... donde nos reconozcamos en cada objeto, en cada rincón, y donde no exista la añoranza de la huida...

Bienvenidos a casa.